El sector de e-commerce y marketplace ha experimentado una digitalización acelerada, transformando la forma en que los consumidores compran y los vendedores interactúan. Esta expansión de las transacciones digitales ha abierto nuevas oportunidades, pero también ha incrementado la exposición a riesgos, como fraude en pagos, suplantación de identidad y disputas en transacciones. La seguridad se ha vuelto fundamental para proteger tanto a los usuarios como a las plataformas, y garantizar una experiencia confiable.